"Las artes marciales no se tratan solo de fuerza física, sino de cultivar eficiencia, conciencia y adaptabilidad. La verdadera maestría radica en coordinar el movimiento con intención, usando el mínimo esfuerzo para lograr el máximo efecto. A través de una práctica consciente, los artistas marciales integran cuerpo y mente, desarrollando resiliencia y claridad mental. Al explorar patrones de movimiento de manera deliberada, no solo mejoran sus habilidades físicas, sino que también fomentan el equilibrio emocional y la creatividad. Este proceso refleja un viaje más profundo de autodescubrimiento, donde superar limitaciones habituales conduce a la libertad y al crecimiento."
— Inspirado en las ideas de Moshe Feldenkrais
- Gustavo Rudel